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Esta propuesta busca la mejora de la movilidad incluyente al sur de la ciudad, sobre la carretera 200, en beneficio de autos y peatones, así como aprovechar y potenciar el paisaje. Se buscó crear vueltas a la izquierda con carriles alcancía, paraderos para autobuses, un andador multimodal de 2m de ancho al lado del mar y once miradores. Se pudo concretar de esta lista inicial el cambio de carpeta asfáltica por pavimento de concreto en la mitad del tramo proyectado, un avance significativo de una deuda pendiente de más de 30 años.
Nuestra contribución fue el diseño urbano tanto en lo relativo a la exploración de un nuevo trazo que permitiera el flujo vehicular continuo, para lo que desarrollamos islas que resolvieran las vueltas a la izquierda, como en lo relacionado con el aprovechamiento del sobresaliente paisaje del trayecto. Para ello identificamos once puntos donde la zona federal de la carretera se empalma sobre el marítimo terrestre y que tuvieran un valor paisajístico importante. De esta forma, junto con un andador peatonal y la red de estos once miradores, logramos plantear la posibilidad de convertir la carretera en un paseo turístico.
